8 datos que no conocías del beato Álvaro del Portillo

El 11 de marzo recordamos el 103 cumpleaños y 23 años de la marcha al cielo de don Álvaro del Portillo, por eso presentamos una serie de datos curiosos del primer sucesor de san Josemaría.

1.- Don Álvaro tenía ascendencia mexicana: Aunque su padre era Español, su madre Clementina Diez de Sollano provenía de México, de hecho sus padres Ramón del Portillo y Clementina contrajeron matrimonio en la parroquia de Nuestra Señora de Guadalupe, en Cuernavaca el 11 de enero de 1908.

2.- “De modo que el que debía dar ánimos y consejo, fue el que recibió una lección y quedó confortado”: Así fue como el obispo de Madrid, mons. Lepoldo Eijo y Garay, lo recuerda. Durante los primeros años, hubo varios jerarcas de la Iglesia que no lograban entender el espíritu del Opus Dei y en alguna ocasión mons. Leopoldo Eijo y Garay habló con don Álvaro para expresarle su preocupación por todas las calumnias que se decían en ese entonces, a lo que el beato Álvaro respondió:

“No se preocupe Sr. Obispo. Nosotros vemos que esto es algo que permite Dios para que, con el sacrificio que nos manda, seamos mejores; y estamos contentos, porque cuando un buen cirujano quiere hacer una buena operación, escoge un buen instrumento; y el Señor ha querido utilizar un bisturí de platino para esta contradicción”.

3.- Como un general: En una de sus visitas a la Santa Sede, don Álvaro acudió vestido con su uniforme de Ingeniero de Caminos lo que hizo que alguien exclamara por ahí: “Parece mentira, tan joven y ya almirante”… alguna conclusión parecida tuvieron los reclutas de la Guardia Suiza que estaban de servicio en el Portón de Bronce, pues al verlo llegar formaron un piquete de recibimiento y el cabo se adelantó para dar la novedad. Don Álvaro respondió el saludo sin mayor azoramiento, pasó revista a la tropa y siguió su camino con toda naturalidad, misma que caracterizaba su personalidad.

4.- Durante 1978 san Juan Pablo II le pidió a don Álvaro que le grabara alguna música en español, pues tenía que venir a la ciudad de Puebla, México a la Conferencia Episcopal Latinoamericana. Don Álvaro grabó un cassette con canciones típicas mexicanas como: “La Morenita”, “Chapala”, y otras. Tres años más tarde, después del atentado que sufrió el Papa, don Álvaro acudió al hospital a visitar y saludar al Sumo Pontífice ya que saldría de viaje el 14 de junio.

Estando el Papa en cama y con fiebre, don Álvaro se arrodilló y le besó el brazo que estaba ardiendo, habló un poco con él y al final le pidió la bendición del viaje. Cuando don Álvaro se levantó vio que tenía una cosa grande sobre el pecho y le comentó: “Santo Padre, ¿cómo le han puesto esto tan grande que pesa tanto?”. San Juan pablo II le respondió “es la cassette que usted me regaló con las canciones que me ayudan a hacer la oración; no me molestan, me ayudan a rezar”.

5.-Juntos una vez más el 2 de julio de 2013: Este día el Papa aprobó el milagro de canonización de Juan Pablo II y se publicó el decreto de aprobación del milagro de don Álvaro para su beatificación, esto nos hace pensar que incluso en el cielo, ambos siguen siendo muy amigos.

El beato Álvaro del Portillo rezando junto a don Javier Echevarría frente a la Virgen de Guadalupe durante su visita a México

6.- Mexicano de hueso colorado: Doña Clementina, solía cantarle de canción de cuna a don Álvaro el himno nacional mexicano debido al gran cariño que le tenía a su patria amada.

La conexión de don Álvaro con México va más allá del lugar de nacimiento de su madre: se remonta a los siglos XVII y XVIII, época en que varios miembros de la familia Diez de Sollano se embarcaron por el Atlántico para iniciar su vida en el virreinato de la Nueva España. Muchos registros históricos ubican a los Diez de Sollano como propietarios de dos haciendas en Morelos: San Antonio el Puente y Buenavista.

7.- De sencillez profunda y trato afable: En una de sus visitas a México, cuando fue a la Basílica de Guadalupe, se topó con un herrero y se puso a platicar con él, lo mismo hizo todos los días, don Álvaro terminó haciéndose amigo de aquel herrero por lo que al final de su visita, este herrero le regaló una franela de color rojo con la cual, él decía, le había limpiado la “carita” a Nuestra Señora de Guadalupe.

8.- El propósito de un retiro espiritual que se volvió tradición: En el año 1983 durante un curso de retiro, don Álvaro sacó como propósito el escribirle una carta mensual a todos sus hijos e hijas, lo hizo desde diciembre de ese año hasta el día de su marcha al cielo . Esta tradición la siguió también mons. Javier Echevarría. En estas cartas el Prelado transmitía las enseñanzas de san Josemaría y daba ánimos de santidad a todos los fieles de la Obra.