El Opus Dei ha sido una bendición para la Iglesia

Mons. Jorge Estrada Solórzano ofició la misa que se celebra con motivo de la fiesta de san Josemaría en la Basílica de Guadalupe. Ofrecemos algunos extractos de su homilía.

Como se hace desde hace varios años, en el Tepeyac se celebró una misa con motivo de la fiesta de san Josemaría Escrivá de Balaguer, fundador del Opus Dei. En esta ocasión, la Eucaristía estuvo presidida por Mons. Jorge Estrada, obispo auxiliar de México, y contó con la participación del coro del Colegio Meyalli.

En la homilía, Mons. Estrada destacó el mensaje de la llamada universal de la santidad, mismo que san Josemaría comunicó a toda la Iglesia desde la fundación del Opus Dei y animó a todos los fieles a difundir la palabra de Cristo con fe, alegría y testimonio de vida.

“Estamos reunidos en la Basílica de Guadalupe para celebrar la fiesta de san Josemaría Escrivá de Balaguer, aquel sacerdote español que desde muy joven fue elegido por Dios para recordarle a toda la Iglesia católica que todos los hombres, sin importar su nacionalidad, cultura, lengua, situación económica, profesión o vocación, estamos llamados a la santidad”.

Además, Mons. Estrada explicó que la santidad no implica la realización de cosas grandes, sino hacer las cosas por amor a Dios. “El Fundador del Opus Dei enseñó que la santidad no consiste en otra cosa sino en alcanzar el fin para el cual todos los hombres fuimos creado: participar feliz y gozosamente para toda la eternidad de la gloria de Dios en el cielo. (…) la santidad, al igual que toda gran construcción, se va estructurando a través de las obras hechas por amor a Dios en cada instante de nuestra vida”.

Para concluir la homilía, el Obispo destacó la labor que realizan distintas iniciativas impulsadas por miembros del Opus Dei en todo el mundo para servir a los demás, lo cual siempre fue un anhelo de san Josemaría.

Sin lugar a dudas, el Opus Dei ha sido una bendición para la Iglesia, lo cual se refleja en las diversas y variadas labores apostólicas realizadas en los 68 países alrededor del mundo en donde está presente, lo cual es consecuencia de que Escrivá de Balaguer siempre tuvo muy claro que (...) el único deseo del Opus Dei, y de cada uno de sus hijos, es servir a la Iglesia como la Iglesia quiere ser servida.