Fallece en la Ciudad de México el Pbro Pedro de la Garza González

El día de ayer 9 de febrero de 2018 alrededor de las 19:30 hrs se marchó a la casa del cielo el padre Pedro de la Garza González a consecuencia de un deterioro progresivo en de su estado de salud que había comenzado desde hacía algunos meses.

Don Pedro, ―como la mayor parte de la gente lo llamaba―nació el 7 de agosto de 1929 en la ciudad de Monterrey, Nuevo León, México. Estudió ingeniería civil en la Universidad de Nuevo León y terminó sus estudios en 1953. Aunque pudo ejercer poco tiempo su profesión ya que muy pronto comenzó los estudios eclesiásticos, participó en la construcción de la planta de productos “Goy S.A.” en Monterrey, N.L. y en el diseño y supervisión de la construcción de la presa del rancho “La Carbonera”, en el municipio de China, N.L.

El padre Pedro solicitó su admisión en el Opus Dei en su ciudad natal el 11 de octubre de 1953, siendo todavía uno de los primeros mexicanos en hacerlo.

Invitado por san Josemaría, se trasladó a Roma para realizar estudios eclesiásticos y obtuvo el grado de Doctor en Derecho Canónico en el Ateneo Pontificio Angelicum. Fue ordenado sacerdote en 1958.

Al poco tiempo de su ordenación sacerdotal se trasladó a vivir a los Estados Unidos, donde colaboró pastoralmente por cerca de diez años en diversas instituciones; entre otras, fue Capellán adjunto de la Catholic University of Washington, capellán de Stonecrest Residence en la misma ciudad ycapellán del Soutbend Cultural Center en Indiana. Entre los años 1962 y 1968 asistió regularmente a varias reuniones regionales de diversos países de América Latina y Estados Unidos dedicadas a promover la asistencia espiritual y económica para los estudiantes latinoamericanos en el extranjero. Asimismo, participó en reuniones del Secretariado General del CELAM en su calidad de director ejecutivo del secretariado latinoamericano para la asistencia académica.

Regresó a México a principios de los años setenta y fue nombrado primer director de la Delegación de Monterrey; posteriormente, el 12 de octubre de 1971, san Josemaría Escrivá de Balaguer lo nombró consiliario de la Región de México, cargo que ocupó hasta el 9 de abril de 1977. Siendo consiliario, le tocó la muerte de san Josemaría y la elección de su primer sucesor el beato Álvaro del Portillo a quienes había tenido la oportunidad de tratar en Roma mientras realizaba sus estudios.

Amante de la montaña, perseverante en los proyectos que emprendía, pausado en el trato y muy cariñoso, a D. Pedro de la Garza se le recuerda también como un pastor de almas, siempre dispuesto a atender a las personas que se acercaban en petición de consejo o solicitándole algún sacramento. Entre otras tareas de las que se ocupó en la Ciudad de México se puede mencionar su paso por el Centro Escolar Cedros y por la Residencia Universitaria Panamericana, lugares de los que fue capellán. En el ámbito eclesiástico, muchos años fue párroco de la iglesia de la Santa Veracruz ubicada en el centro histórico de la Ciudad de México. A últimas fechas ejerció su ministerio sacerdotal en la iglesia de san Josemaría Escrivá de Balaguer, donde dedicó, mientras su estado de salud lo permitió, muchas horas a la administración del sacramento de la confesión.

Además de estudiantes universitarios, durante su vida tuvo oportunidad de atender espiritualmente obreros, campesinos y empleadas del hogar. Una actividad que disfrutaba especialmente era la formación de otros sacerdotes diocesanos para quienes dirigía cursos de espiritualidad y para los que promovía diversas actividades. Hay sacerdotes que lo recuerdan en las diócesis de Morelia, México, Nezahualcóyotl, Linares, Monterrey, Tacámbaro y Chilapa por mencionar algunas.

A últimas fechas, su estado de salud se fue deteriorando poco a poco. Los que convivieron con él en esta última temporada, lo recuerdan como ejemplo de reciedumbre pues no se le escuchaba quejarse. Ofrecía todas sus limitaciones e incomodidades por la Iglesia y por el Opus Dei. Murió con serenidad, mientras hacía un rato de oración.

Descanse en paz.