Mi “tía” Dora

Mi esposa enfermó. Los doctores que la atendían no conseguían poner remedio...

Mi esposa enfermó de una gripe que se complicó por varias semanas. Los doctores que la atendían no conseguían poner remedio. Mi esposa ya estaba grave y recé a Dora del Hoyo, pidiéndole que me ayudará a encontrar a un médico que la atendiera con el tratamiento adecuado. Pedí ayuda a amigos y, en pocos minutos, me habló uno de ellos para recomendarme al doctor que finalmente la está tratando. Mi esposa va recuperándose. Como tengo el mismo apellido que Dora, le doy las gracias, con mucho respeto y cariño a mi "tía Dora".