Para siempre, para siempre

En el marco del aniversario 500 del nacimiento de Teresa de Jesús, recordamos la devoción que san Josemaría tuvo por la santa abulense y destacamos varios puntos de "Camino" que tienen un fuerte trasfondo teresiano

Distintos biógrafos apuntan que, durante su juventud, la lectura fue una de las aficiones más señaladas de Josemaría Escrivá de Balaguer.

Mientras estudiaba el bachillerato en Logroño, el joven Josemaría leyó una buena edición del Quijote y varias obras de Julio Verne. También en esta época se familiarizó con Calderón de la Barca, Lope de Vega, Fray Luis de Granada y las Cántigas de Alfonso X el Sabio. Mientras avanzaba en la lectura de los clásicos españoles, también empezó a conocer más a fondo a los místicos castellanos, en especial a Teresa de Jesús.

En una entrevista en la que habló extensamente sobre el fundador del Opus Dei, Mons. Javier Echevarría relató que san Josemaría siempre manifestó una gran devoción a santa Teresa “tanto por su empresa apostólica en servició de la Iglesia, como por su itinerario de entrega y trato con Dios".[1] A su vez, Juan Jiménez Vargas, uno de los primeros miembros del Opus Dei, afirmó que san Josemaría conocía las obras de santa Teresa como muy pocas personas.

El 15 de octubre de 1932, fiesta de santa Teresa, san Josemaría escribió: “Sta. Teresa es, desde hoy, mi particular patrona y protectora". Esta devoción particular del fundador del Opus Dei puede verse en sus Cuadernos, “donde la menciona con frecuencia después de invocar a la Santísima Virgen y a San José, a los Arcángeles y Apóstoles Patronos del Opus Dei y a su Ángel Custodio". [2]

El conocimiento que san Josemaría tuvo sobre los escritos de Teresa de Ávila, aunado a su constante devoción, quedó claro en algunos de los escritos del fundador del Opus Dei, como Camino y Amigos de Dios. Varios puntos de Camino mencionan explícitamente a santa Teresa, mientras que otros, como señala el padre Pedro Rodríguez en la edición crítico-histórica de Camino, tienen un fuerte trasfondo teresiano.

Voluntad. —Energía. —Ejemplo. —Lo que hay que hacer, se hace... Sin vacilar... Sin miramientos...Sin esto, ni Cisneros hubiera sido Cisneros; ni Teresa de Ahumada, Santa Teresa...; ni Iñigo de Loyola, San Ignacio...¡Dios y audacia! —"Regnare Christum volumus!" (Camino, 11)

Hemos seleccionado algunos puntos de Camino e incluimos, seguidamente, los comentarios del P. Pedro Rodríguez. Lo escrito por santa Teresa aparecerá en itálicas.

85: Despacio. —Mira qué dices, quién lo dice y a quién. —Porque ese hablar de prisa, sin lugar para la consideración, es ruido, golpeteo de latas.

Y te diré con Santa Teresa, que no lo llamo oración, aunque mucho menees los labios.

El punto es todo él, en efecto, de matriz teresiana: “Porque a cuanto yo puedo entender, la puerta para entrar en este castillo es la oración y consideración; no digo más mental que vocal, que como sea oración ha de ser con consideración. Porque la que no advierte con quién habla y lo que le pide y quién es quien pide y a quién, no la llamo yo oración, aunque mucho menee los labrios (sic)".[3]

182: Bebamos hasta la última gota del cáliz del dolor en la pobre vida presente. —¿Qué importa padecer diez años, veinte, cincuenta…, si luego es el cielo para siempre, para siempre…, para siempre?

—Y sobre todo —mejor que la razón apuntada, “propter retributionem" —, ¿qué importa padecer si se padece por consolar, por dar gusto a Dios nuestro Señor, con espíritu de reparación, unido a Él en su Cruz, en una palabra: si se padecer por Amor?...

Gravita sin duda en la redacción de esta vivencia espiritual el célebre pasaje de Santa Teresa de Jesús, que san Josemaría citaba con frecuencia:

Espantábanos mucho el decir que pena y gloria era para siempre, en lo que leíamos. Acaecíanos estar muchos ratos tratando de esto y gustábamos de decir muchas veces: ¡para siempre, siempre, siempre! En pronunciar esto mucho rato era el Señor servido me quedase en esta niñez imprimido el camino de la verdad". [4]

559: San José, Padre de Cristo, es también tu Padre y tu Señor. —Acude a él.

561: De San José dice Santa Teresa, en el libro de su vida: “Quien no hallare Maestro que le enseñe oración, tome este glorioso Santo por maestro, y no errar en el camino". —El consejo viene de alma experimentada. Síguelo.

La expresión “mi padre y Señor" habitual en los labios y en la pluma de Autor para referirse a San José, debió tomarla de Santa Teresa, que como es bien sabido contribuyó de una manera notable a difundir en la Iglesia universal la devoción a San José. Cita a la Santa expresamente en el p/561. Así se lee en las primeras líneas de las Fundaciones:

“Comienzo en nombre del Señor, tomando por ayuda a su gloriosa Madre, cuyo hábito tengo, aunque indigna de él, y a mi glorioso padre y señor San José, en cuya casa estoy".[5]

572: Me dices que por qué te recomiendo siempre, con tanto empeño, el uso diario del agua bendita. —Muchas razones te podría dar. Te bastará, de seguro, ésta de la Santa de Ávila: "De ninguna cosa huyen más los demonios, para no tornar, que del agua bendita".

El texto de la Santa es del Libro de la Vida: “No osava pedir agua bendita por no las poner miedo y porque no entendieran lo que era; de muchas veces tengo experiencia que no hay cosa con que huyan más [los demonios] para no tornar; de la cruz también huyen, mas vuelven". [6]

"Este adverbio -siempre- ha hecho grande a Teresa de Jesús. Cuando ella -niña- salía por la puerta del Adaja, atravesando las murallas de su ciudad acompañada de su hermano Rodrigo, para ir a tierra de moros a que la descabezaran por Cristo, susurraba al hermano que se cansaba: para siempre, para siempre, para siempre" (Amigos de Dios, 200).

703: Una mala noche, en una mala posada. —Así dicen que definió esta vida terrena la Madre Teresa de Jesús. —¿No es verdad que es comparación certera?

El Autor utiliza la expresión popular de filiación teresiana: “una mala noche en una mala posada". El texto de Teresa en Camino de Perfección es ligeramente diversa: “todo es una noche la mala posada".[7] Por eso san Josemaría escribe: “dicen que definió". El sentido es claro: que no asuste la tribulación porque esta vida es breve y nos espera el Cielo para siempre, para siempre…

813: Hacedlo todo por Amor. —Así no hay cosas pequeñas: todo es grande. —La perseverancia en las cosas pequeñas, por Amor, es heroísmo.

Teresa de Jesús: “No hagamos torres sin fundamento, que el Señor no mira tanto la grandeza de las obras como el amor con que se hacen". [8]

Como puede apreciarse, la afinidad entre estos santos de la Iglesia los une a tal grado que entre ellos desaparecen, prácticamente, las distancias físicas y temporales. Canonizados con 380 años de diferencia −12 de marzo de 1622-6 de octubre de 2002−, santa Teresa y san Josemaría viven unidos en ese instante eterno del encuentro con Dios que tan bien captó la santa:

“(…) ya yo no quiero otro amor,

pues a mi Dios me he entregado,

y mi Amado es para mí,

y yo soy para mi amado".

V Centenario del Nacimiento de Teresa de Jesús

Santa Teresa de Ávila y san Josemaría (web de san Josemaría)



[1] Echevarría, Javier, Memoria del beato Josemaría Escrivá. Entrevista con Salvador Bernal, Madrid, Rialp, 3ª ed, 2000, pg 94.

[2] Escrivá de Balaguer, Josemaría, Camino, edición crítico-histórica preparada por Pedro Rodríguez, Madrid, Rialp, 2002, pg 557.

[3] Moradas primeras, 1, 7; BAC 212 8ª ed, 1986, pg 474, citada en: Escrivá de Balaguer, Josemaría, Camino, edición crítico-histórica preparada por Pedro Rodríguez, Madrid, Rialp, 2002, pg 295.

[4] Libro de la Vida, 1, 5; BAC 212, 8ª ed, 1986, p. 35, citada en: Escrivá de Balaguer, Josemaría, Camino, edición crítico-histórica preparada por Pedro Rodríguez, Madrid, Rialp, 2002, pg 372.

[5] Fundaciones, prólogo, 5; BAC 212, 8ª ed, 1986, pg 675, citada en: Escrivá de Balaguer, Josemaría, Camino, edición crítico-histórica preparada por Pedro Rodríguez, Madrid, Rialp, 2002, pg 689.

[6] Libro de la Vida, 31, 4; BAC 212, 8ª ed, 1986, pg 166, citada en: Escrivá de Balaguer, Josemaría, Camino, edición crítico-histórica preparada por Pedro Rodríguez, Madrid, Rialp, 2002, pg 699.

[7]Camino de Perfección, ms de Valladolid, cap 40, 9; BAC 212, 8ª ed, 1986, pg 409, Citada en: Escrivá de Balaguer, Josemaría, Camino, edición crítico-histórica preparada por Pedro Rodríguez, Madrid, Rialp, 2002, pg 796.

[8] Moradas séptimas, IV, 15; BAC 212, 8ª ed, 1986, pg 350, citada en: Escrivá de Balaguer, Josemaría, Camino, edición crítico-histórica preparada por Pedro Rodríguez, Madrid, Rialp, 2002, pg 884.