Algo de alimento

Hace dos años me aprendí la estampa de Dora y ahora la rezo todos los días. Me habían hablado de cómo ella, a través de su trabajo, difundió a su alrededor el calor de familia.

Hace dos años me aprendí la estampa de Dora y ahora la rezo todos los días. Me habían hablado de cómo ella, a través de su trabajo, difundió a su alrededor el calor de familia.

En una ocasión, me parece recordar que era un día de mayo, le pedí que intercediera para que nos llegara algo de alimento, pues en la cocina de la residencia en la que trabajaba, en Guatemala, no teníamos suficiente para comer. Si tan sólo nos llegaran unas cuantas verduras, las prepararíamos muy buenas, aprovechándolas al máximo…

Empecé a leer y releer la estampa hasta saberla de memoria, y esa misma tarde llamó mi padre por teléfono. Pensé que debía ser algo muy importante o urgente. Me explicó que había decidido que vendría a la mañana siguiente a traernos un costal de verduras de las que habían recogido.

Le di las gracias muy contenta y, sobre todo, le di las gracias a Dora y le sigo pidiendo favores.

M. P. L., Guatemala