Las flores son estrellas con raíces

Después de treinta años de trabajo, Maru Sánchez, supernumeraria, decidió jubilarse para dedicarse a la florería, una profesión que le ayuda a encontrar a Dios y a la Virgen a través de la naturaleza.

Después de varias décadas de trabajo, ¿qué haces ahora que ya estás jubilada?

Quería jubilarme justo al cumplir los sesenta, entonces, desde un año antes, empecé a hacer planes. Tenía 30 años trabajando en escuelas y en otros lugares, por tanto, quería seguir haciendo cosas productivas. Las flores me gustan desde siempre, así que pensé que podía hacer algo de florería. Claro, las técnicas han cambiado mucho en los últimos años. Cuando me jubilé pensé que era importante lograr la certificación. Fui a un instituto que está aquí, en Monterrey, en el que pude aprender nuevas técnicas, métodos para hacer este nuevo trabajo de manera profesional, y me certifiqué. En realidad la florería siempre ha sido mi lado "artístico". Disfruto mucho la naturaleza.

¿Y abriste una florería?

No quise abrir una florería formalmente porque no me quiero dedicar exclusivamente a esto. La verdad es que tengo ganas de hacer muchas cosas. Además de las flores, han surgido otras cosas y otros intereses, es decir que hago mucho más. Ahora también trabajo en una fundación que se llama "Ama y trasciende", que está formada por personas jubiladas. Lo que hacemos es impulsar la creación de políticas públicas que ayuden a mejorar la vida del adulto mayor.

¿Cómo refleja la belleza de la naturaleza a Dios?

Siempre he dicho que las flores son las estrellas con raíces que Dios puso en la tierra para alegrarnos. También por eso quise certificarme; el trabajo con las flores no es simplemente armarlas, sino que implica todo un tratamiento, todo un proceso, para que luzcan bien y para que la gente las disfrute. Yo le digo a Dios: "Bueno, las hiciste tan maravillosas que yo no hago nada más que acomodarlas". Aquí se puede ver la mano del Creador.

¿En qué piensas cuando haces un arreglo floral, en especial si es uno difícil?

Me gusta tanto hacer esto que lo identifico con un trabajo de la Virgen. Y la verdad es que no me preocupo tanto por el diseño, sino por el clima de Monterrey, que es tan cálido. Entonces, pienso en el trabajo de nuestra Señora y que en aquella época había menos comodidades y facilidades. Yo me imagino que ella tuvo que trabajar bastante para que su casa fuera linda y agradable; entonces, le rezo y le digo: "Tú ibas con ese calor a traer el agua, a hacer la limpieza en tu casa, por favor, ayúdame".

¿Qué significa vivir el espíritu del Opus Dei en tu trabajo?

La Obra me enseñó que todo lo que haga, por insignificante o pequeño que sea, lo tengo que hacer, dentro de mis posibilidades, de la mejor manera. La florería, entonces, también es un medio de santificación y tiene que ser un trabajo bien hecho, algo digno de ofrecer a Dios.